35. Respecto de los demás diezmos e impuestos que nos corresponden (las salinas y las coronas), de todos ellos los eximimos de ahora en adelante.
36. Ninguna de estas concesiones será jamás revocada.
37. Ahora, pues, que se haga una copia de este decreto y se le dé a Jonatán, para que la exponga en lugar visible, en el monte santo”.
38. El rey Demetrio, viendo que el país estaba tranquilo y que nadie le oponía resistencia, licenció a todas sus tropas. Todos se volvieron a sus casas, salvo los mercenarios reclutados en las islas paganas, lo cual provocó la hostilidad de las fuerzas reclutadas por sus antepasados.
39. Entonces un tal Trifón, que antes había sido partidario de Alejandro, al darse cuenta de que todas las tropas murmuraban contra Demetrio, se entrevistó con un árabe llamado Imalcué, que había sido preceptor de Antíoco, el hijo menor de Alejandro, y
40. lo presionó para que le entregara al niño, a fin de que reinara en lugar de su padre. Lo puso al corriente de todo lo que Demetrio había hecho y del odio que había despertado en sus soldados, y se quedó allí mucho tiempo.