14. De día tropiezan con las tinieblas, y a mediodía andan a tientas como de noche.
15. Pero El salva al pobre de la espada, de sus bocas y de la mano del poderoso.
16. El desamparado, pues, tiene esperanza, y la injusticia tiene que cerrar su boca.
17. He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso.
18. Porque El inflige dolor, pero da alivio; El hiere, pero sus manos también sanan.
19. De seis aflicciones te librará, y en siete no te tocará el mal.
20. En el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra del poder de la espada.
21. Estarás a cubierto del azote de la lengua, y no temerás la violencia cuando venga.