2. Toma las piedras de molino y muele la harina; quítate el velo, despójate de la falda, descubre tus piernas, pasa los ríos.
3. Será descubierta tu desnudez, también será expuesta tu vergüenza; tomaré venganza y no perdonaré a hombre alguno.
4. Nuestro Redentor, el Señor de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
5. Siéntate en silencio y entra en las tinieblas, hija de los caldeos, porque nunca más te llamarán soberana de reinos.
6. Estaba enojado contra mi pueblo, profané mi heredad y en tu mano los entregué; no les mostraste compasión, sobre el anciano hiciste muy pesado tu yugo,
7. y dijiste: "Seré soberana para siempre." No consideraste esto en tu corazón, ni te acordaste de su resultado.