9. y visteis que eran muchas las brechas en la muralla de la ciudad de David, y recogisteis las aguas del estanque inferior.
10. Entonces contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar la muralla.
11. Hicisteis un depósito entre las dos murallas para las aguas del estanque viejo. Pero no confiasteis en el que lo hizo, ni considerasteis al que hace mucho tiempo lo planeó.
12. Por eso aquel día, el Señor, Dios de los ejércitos, os llamó a llanto y a lamento, a rapar la cabeza y a vestir de cilicio.