15. Sin embargo, el Señor se agradó de tus padres, los amó, y escogió a su descendencia después de ellos, es decir, a vosotros, de entre todos los pueblos, como se ve hoy.
16. Circuncidad, pues, vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
17. Porque el Señor vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno.
18. El hace justicia al huérfano y a la viuda, y muestra su amor al extranjero dándole pan y vestido.
19. Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto.
20. Temerás al Señor tu Dios; le servirás, te allegarás a El y sólo en su nombre jurarás.