9. Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo.
10. Si alguno viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no lo recibáis en casa, ni lo saludéis,
11. pues el que lo saluda participa en sus malas obras.