Santiago 2:14-23 Dios Habla Hoy (DHH)

2-3. Supongamos que ustedes están reunidos, y llega un rico con anillos de oro y ropa lujosa, y lo atienden bien y le dicen: «Siéntate aquí, en un buen lugar», y al mismo tiempo llega un pobre vestido con ropa vieja, y a éste le dicen: «Tú quédate allá de pie, o siéntate en el suelo»;

14. Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe, si sus hechos no lo demuestran? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?

15. Supongamos que a un hermano o a una hermana les falta la ropa y la comida necesarias para el día;

16. si uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman todo lo que quieran», pero no les da lo que su cuerpo necesita, ¿de qué les sirve?

17. Así pasa con la fe: por sí sola, es decir, si no se demuestra con hechos, es una cosa muerta.

18. Uno podrá decir: «Tú tienes fe, y yo tengo hechos. Muéstrame tu fe sin hechos; yo, en cambio, te mostraré mi fe con mis hechos.»

19. Tú crees que hay un solo Dios, y en esto haces bien; pero los demonios también lo creen, y tiemblan de miedo.

20. No seas tonto, y reconoce que si la fe que uno tiene no va acompañada de hechos, es una fe inútil.

21. Dios aceptó como justo a Abraham, nuestro antepasado, por lo que él hizo cuando ofreció en sacrificio a su hijo Isaac.

22. Y puedes ver que, en el caso de Abraham, su fe se demostró con hechos, y que por sus hechos llegó a ser perfecta su fe.

23. Así se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios, y por eso Dios lo aceptó como justo.» Y Abraham fue llamado amigo de Dios.

Santiago 2