2. Se arregló con ellos para pagarles el salario de un día, y los mandó a trabajar a su viñedo.
3. Volvió a salir como a las nueve de la mañana, y vio a otros que estaban en la plaza desocupados.
4. Les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar a mi viñedo, y les daré lo que sea justo.” Y ellos fueron.
5. El dueño salió de nuevo a eso del mediodía, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo.