San Marcos 1:19-38 Dios Habla Hoy (DHH)

19. Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca arreglando las redes.

20. En seguida los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús.

21. Llegaron a Cafarnaúm, y en el sábado Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar.

22. La gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como los maestros de la ley.

23. En la sinagoga del pueblo había un hombre que tenía un espíritu impuro, el cual gritó:

24. —¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios.

25. Jesús reprendió a aquel espíritu, diciéndole:—¡Cállate y deja a este hombre!

26. El espíritu impuro hizo que al hombre le diera un ataque, y gritando con gran fuerza salió de él.

27. Todos se asustaron, y se preguntaban unos a otros:—¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, y con plena autoridad! ¡Incluso a los espíritus impuros da órdenes, y lo obedecen!

28. Y muy pronto la fama de Jesús se extendió por toda la región de Galilea.

29. Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.

30. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús,

31. y él se acercó, y tomándola de la mano la levantó; al momento se le quitó la fiebre y comenzó a atenderlos.

32. Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron todos los enfermos y endemoniados a Jesús,

33. y el pueblo entero se reunió a la puerta.

34. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente, y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba que los demonios hablaran, porque ellos lo conocían.

35. De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario.

36. Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús,

37. y cuando lo encontraron le dijeron:—Todos te están buscando.

38. Pero él les contestó:—Vamos a los otros lugares cercanos; también allí debo anunciar el mensaje, porque para esto he salido.

San Marcos 1