14. y les dijo:—Ustedes me trajeron a este hombre, diciendo que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no lo he encontrado culpable de ninguna de las faltas de que lo acusan.
15. Ni tampoco Herodes, puesto que nos lo ha devuelto. Ya ven, no ha hecho nada que merezca la pena de muerte.
16. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.
18. Pero todos juntos comenzaron a gritar:—¡Fuera con ése! ¡Déjanos libre a Barrabás!
19. A este Barrabás lo habían metido en la cárcel por una rebelión ocurrida en la ciudad, y por un asesinato.
20. Pilato, que quería dejar libre a Jesús, les habló otra vez;
21. pero ellos gritaron más alto:—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
22. Por tercera vez Pilato les dijo:—Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no encuentro en él nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.
23. Pero ellos insistían a gritos, pidiendo que lo crucificara; y tanto gritaron que consiguieron lo que querían.
24. Pilato decidió hacer lo que le estaban pidiendo;
25. así que dejó libre al hombre que habían escogido, el que estaba en la cárcel por rebelión y asesinato, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
26. Cuando llevaron a Jesús a crucificarlo, echaron mano de un hombre de Cirene llamado Simón, que venía del campo, y lo hicieron cargar con la cruz y llevarla detrás de Jesús.
27. Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban de tristeza por él, lo seguían.