13. »Por fin el dueño del terreno dijo: “¿Qué haré? Mandaré a mi hijo querido; tal vez lo respetarán.”
14. Pero cuando los labradores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Éste es el que ha de recibir la herencia; matémoslo, para que la propiedad pase a poder nuestro.”
15. Así que lo sacaron del viñedo y lo mataron.»¿Y qué creen ustedes que hará con ellos el dueño del viñedo?
16. Pues irá y matará a esos labradores, y dará el viñedo a otros.Al oír esto, dijeron:—¡Eso jamás!
17. Pero Jesús los miró, y dijo:—Entonces ¿qué significa esto que dicen las Escrituras?:“La piedra que los constructores despreciaronse ha convertido en la piedra principal.”
18. Cualquiera que caiga sobre esa piedra, quedará hecho pedazos; y si la piedra cae sobre alguien, lo hará polvo.
19. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley quisieron arrestar a Jesús en aquel mismo momento, porque comprendieron que al decir esta parábola se refería a ellos. Pero tenían miedo de la gente.
20. Mandaron a unos espías que, aparentando ser hombres honrados, hicieran decir a Jesús algo que les diera pretexto para ponerlo bajo el poder y la jurisdicción del gobernador romano.
21. Éstos le preguntaron:—Maestro, sabemos que lo que tú dices y enseñas es correcto, y que no buscas dar gusto a los hombres. Tú enseñas de veras el camino de Dios.
22. ¿Está bien que paguemos impuestos al emperador romano, o no?
23. Jesús, dándose cuenta de la mala intención que llevaban, les dijo:
24. —Enséñenme una moneda de denario. ¿De quién es la cara y el nombre que aquí está escrito?Le contestaron:—Del emperador.
25. Jesús les dijo:—Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.
26. Y en nada de lo que él decía delante de la gente encontraron pretexto para arrestarlo, así que admirados de su respuesta se callaron.
27. Después algunos saduceos fueron a ver a Jesús. Los saduceos niegan que los muertos resuciten; por eso le presentaron este caso:
28. —Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda para darle hijos al hermano que murió.
29. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos.
30. El segundo