17. Este Juan irá delante del Señor, con el espíritu y el poder del profeta Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes aprendan a obedecer. De este modo preparará al pueblo para recibir al Señor.
18. Zacarías preguntó al ángel:—¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy muy anciano y mi esposa también.
19. El ángel le contestó:—Yo soy Gabriel, y estoy al servicio de Dios; él me mandó a hablar contigo y darte estas buenas noticias.
20. Pero ahora, como no has creído lo que te he dicho, vas a quedarte mudo; no podrás hablar hasta que, a su debido tiempo, suceda todo esto.
21. Mientras tanto, la gente estaba afuera esperando a Zacarías y preguntándose por qué tardaba tanto en salir del santuario.
22. Cuando al fin salió, no les podía hablar; entonces se dieron cuenta de que había tenido una visión en el santuario, pues les hablaba por señas; y siguió así, sin poder hablar.
23. Cumplido su servicio, Zacarías se fue a su casa.
24. Después de esto, su esposa Isabel quedó encinta, y durante cinco meses no salió de su casa, pensando:
25. «El Señor me ha hecho esto ahora, para que la gente ya no me desprecie.»
26. A los seis meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret,
27. donde vivía una joven llamada María; era virgen, pero estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David.
28. El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo:—¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo.
29. María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo.