19. La fe de Abraham no se debilitó, aunque ya tenía casi cien años de edad y se daba cuenta de que tanto él como Sara ya estaban casi muertos, y que eran demasiado viejos para tener hijos.
20. No dudó ni desconfió de la promesa de Dios, sino que tuvo una fe más fuerte. Alabó a Dios,
21. plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete.
22. Por eso, Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo.,
23. Y esto de que Dios se lo tuvo en cuenta, no se escribió solamente de Abraham;
24. se escribió también de nosotros. Pues Dios también nos tiene en cuenta la fe, si creemos en aquel que resucitó a Jesús, nuestro Señor,
25. que fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitado para hacernos justos.