Jeremías 9:4-21 Dios Habla Hoy (DHH)

4. Hay que desconfiar hasta del amigo;ni siquiera en el hermano se puede confiar,pues los hermanos se engañan entre síy los amigos se calumnian unos a otros.

5. Cada uno se burla del otro,y no hay quien diga la verdad.Se han acostumbrado a mentir;son perversos, incapaces

6. de cambiar.El Señor afirma:«¡Atropello tras atropello,falsedad tras falsedad!Mi pueblo no quiere reconocerme.

7. Por eso yo, el Señor todopoderoso, digo:¿Qué otra cosa puedo hacer con mi pueblo,sino ponerlo al fuego para refinarlo?

8. Sus lenguas son flechas mortales;andan diciendo falsedades.Saludan cordialmente a sus amigos,pero en realidad les están poniendo trampas.

9. ¿Y no los he de castigar por estas cosas?¿No he de darle su merecido a un pueblo así?Yo, el Señor, lo afirmo.

10. »Lloren y giman por las montañas,entonen un lamento por las praderas,porque están quemadas y ya nadie pasa por ellas;ya no se oye el mugir del ganado,y hasta las aves y las fieras se fueron huyendo.

11. »Voy a convertir a Jerusalén en un montón de piedras,en una guarida de chacales;convertiré en un desierto las ciudades de Judá,y quedarán sin habitantes.»

12. ¿Quién es lo bastante sabio para comprender esto? ¿A quién le ha dado a conocer el Señor estas cosas, para que él se las pueda explicar a los demás? ¿Por qué está el país en ruinas, seco como un desierto por donde nadie pasa?

13. El Señor responde: «Todo esto sucedió porque los israelitas abandonaron las instrucciones que yo les di; no me obedecieron y no las pusieron en práctica.

14. Siguieron tercamente las inclinaciones de su corazón y dieron culto a dioses falsos, como sus padres les enseñaron.

15. Por eso yo, el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, digo: Voy a darles de comer algo muy amargo, voy a darles de beber agua envenenada.

16. Los voy a dispersar entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; haré que los persigan espada en mano, hasta que no quede ni uno solo.»

17. El Señor todopoderoso dice:«¡Atención! Manden llamar a las mujeresque tienen por oficio hacer lamentación.»

18. ¡Sí, que vengan prontoy que hagan lamentación por nosotros;que se nos llenen de lágrimas los ojosy nuestros párpados se inunden de llanto!

19. Desde Sión nos llegan ayes de dolor:¡Ay, cómo hemos quedado en ruinas!,¡qué deshonra hemos sufrido!Tenemos que abandonar nuestra patria,nuestros hogares están en ruinas.

20. Mujeres, escuchen la palabra del Señor,pongan atención a su mensaje.Enseñen a sus hijas a llorary a sus amigas a lamentarse así:

21. «La muerte entró en nuestros hogares,llegó a nuestros palacios;mata a los niños en las callesy a los jóvenes en las plazas.

Jeremías 9