15. Cuando Jeremías estaba todavía preso en el patio de la guardia, el Señor se dirigió a él, y le dijo:
16. «Ve y dile a Ébed-mélec, el etiope: “El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: Voy a cumplir lo que le he anunciado a esta ciudad, para su mal y no para su bien. Cuando esto suceda, tú estarás presente.
17. Pero yo te protegeré, para que no caigas en poder de esa gente a la que temes. Yo, el Señor, lo afirmo.
18. Yo te libraré de que te maten. Podrás escapar con vida, porque confiaste en mí. Yo, el Señor, lo afirmo.”»