Isaías 30:1-15 Dios Habla Hoy (DHH)

1. El Señor afirma:«¡Ay de los hijos rebeldes,que hacen planes sin contar conmigoy preparan proyectos que yo no les inspiro,de manera que amontonan pecado sobre pecado!

2. Se van a toda prisa a Egipto,y a mí no me consultan;buscan apoyo bajo la protección del faraón,se refugian bajo la sombra de Egipto.

3. Pero la protección del faraón los defraudará,y el refugio a la sombra de Egipto será su humillación.

4. Aunque ustedes hayan enviado embajadoreshasta las ciudades de Soan y de Hanés,

5. todos quedarán defraudados por esa nación inútil,que no les trae ayuda ni provecho,sino sólo desilusión y desgracia.»

6. Profecía acerca de los animales del Négueb:Por territorio lleno de peligros,habitado por leones que rugen,por víboras y dragones voladores,llevan sus tesoros y riquezasa lomo de burro y de camelloa Egipto, pueblo inútil,

7. impotente, incapaz de ayudar.Por eso le he puesto este nombre:«Monstruo que ruge y no hace nada».

8. Ven ahora y escríbelo en una tabla,ponlo en una inscripciónque quede ahí para el futuro,como testimonio eterno.

9. Esta gente es un pueblo rebelde, infiel,que no quiere escuchar las enseñanzas del Señor.

10. A los videntes dicen: «No tengan visiones»,y a los profetas: «No nos cuenten revelaciones verdaderas;háblennos palabras suaves;no nos quiten nuestras ilusiones.

11. Apártense del camino,desvíense del sendero recto,no nos pongan delante al Dios Santo de Israel.»

12. Por eso, el Dios Santo de Israel dice:«Ustedes rechazan esta advertencia,y confían en la violencia y la maldad,y se apoyan en ellas;

13. por eso, ustedes son culpables.Parecen un alto muro agrietadoque cuando menos se piensa se derrumba;

14. serán destruidos como un jarrón de barro,que se quiebra tan completamenteque no queda entre los pedazos rotosni uno que sirva para recoger las brasas del fogóno para sacar agua de un pozo.»

15. El Señor, el Dios Santo de Israel, dice:«Vuelvan, quédense tranquilos y estarán a salvo.En la tranquilidad y la confianzaestará su fuerza.»Pero ustedes no quisieron,

Isaías 30