14. Como no pudimos convencerlo, lo dejamos, diciendo:—Que se haga la voluntad del Señor.
15. Después de esto, nos preparamos y nos fuimos a Jerusalén.
16. Nos acompañaron algunos creyentes de Cesarea, quienes nos llevaron a casa de un hombre de Chipre llamado Mnasón, que era creyente desde hacía mucho tiempo y que iba a darnos alojamiento.