11. y le ordenó que, en el nombre del Señor todopoderoso, hiciera a los sacerdotes las siguientes preguntas en relación con la ley:
12. «Supongamos que un hombre lleva carne consagrada envuelta en su capa, y que el borde de la capa toca pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida: ¿quedará por eso consagrada la comida?» Los sacerdotes contestaron que no.
13. Entonces Hageo continuó: «Pero supongamos que alguien, que ha quedado impuro por haber tocado un cadáver, va y toca también cualquiera de estas cosas: ¿acaso ellas no quedarán impuras?» Los sacerdotes contestaron que sí.
14. Entonces dijo Hageo: «El Señor afirma: “Lo mismo pasa con esta gente: todo lo que hacen y todo lo que me ofrecen es impuro.
15. De ahora en adelante piensen ustedes en esto. Antes de empezar a construir el templo,