32. Entonces Isaac le preguntó:—¿Quién eres tú?—Soy Esaú, tu hijo mayor —contestó.
33. Isaac se quedó muy sorprendido, y con voz temblorosa dijo:—Entonces, ¿quién es el que fue a cazar y me trajo el guisado? Yo me lo comí todo antes de que tú llegaras, y le di mi bendición, y ahora él ha quedado bendecido.
34. Cuando Esaú oyó lo que su padre decía, se puso a llorar amargamente, y gritó:—¡Dame también a mí tu bendición, padre mío!
35. Pero Isaac le contestó:—Ya vino tu hermano, y me engañó, y se llevó la bendición que era para ti.