17. Cuando Joab se acercó, la mujer le preguntó:—¿Tú eres Joab?—Yo soy Joab —respondió él.Ella dijo:—Escucha las palabras de esta sierva tuya.—Te escucho —contestó él.
18. Entonces ella comenzó a decir:—Antiguamente decían: «Quien quiera saber algo, que pregunte en Abel.» Y así se solucionaba el asunto.
19. Nuestra ciudad es una de las más pacíficas y fieles de Israel, ¡una de las más importantes! Sin embargo, tú estás tratando de destruirla. ¿Por qué quieres destruir lo que pertenece al Señor?