2 Reyes 10:15-26 Dios Habla Hoy (DHH)

15. Cuando Jehú se fue de allí, se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que había ido a verlo. Jehú lo saludó y le dijo:—¿Son buenas tus intenciones hacia mí, como lo son las mías hacia ti?—Así es —respondió Jonadab.—En ese caso, dame la mano —dijo Jehú.Jonadab le dio la mano, y Jehú lo hizo subir con él a su carro,

16. diciéndole:—Acompáñame y verás mi celo por el Señor.Así pues, lo llevó en su carro.

17. Y al entrar en Samaria, Jehú mató a todos los descendientes de Ahab que aún quedaban con vida. Los exterminó por completo, según el Señor se lo había anunciado a Elías.

18. Después reunió Jehú a todo el pueblo, y les dijo:—Ahab rindió un poco de culto a Baal, pero yo le voy a rendir mucho culto.

19. Por lo tanto, llamen a todos los profetas, adoradores y sacerdotes de Baal, sin que falte ninguno, porque he preparado un gran sacrificio en honor de Baal. El que falte será condenado.Pero Jehú había planeado este engaño para aniquilar a los adoradores de Baal;

20. por eso ordenó que se anunciara una fiesta solemne a Baal, y así se hizo.

21. Después envió mensajeros por todo Israel, y todos los que adoraban a Baal llegaron al templo. Ninguno de ellos faltó, así que el templo de Baal estaba lleno de lado a lado.

22. Jehú dijo entonces al encargado del guardarropa que sacara trajes de ceremonia para todos los adoradores de Baal, y el encargado lo hizo así.

23. A continuación, Jehú y Jonadab entraron en el templo de Baal, y Jehú dijo a los adoradores de Baal:—Procuren que no haya entre ustedes ninguno de los adoradores del Señor, sino sólo adoradores de Baal.

24. Los adoradores de Baal entraron en el templo para ofrecer sacrificios y holocaustos. Mientras tanto, Jehú puso ochenta hombres afuera, y les advirtió:—Quien deje escapar a alguno de los hombres que he puesto en sus manos, lo pagará con su vida.

25. Y al terminar Jehú de ofrecer el holocausto, ordenó a los guardias y oficiales:—¡Entren y mátenlos! ¡Que no escape ninguno!Los hombres de Jehú los mataron a filo de espada, y luego los arrojaron de allí. Después entraron en el santuario del templo de Baal,

26. y sacaron los troncos sagrados y los quemaron.

2 Reyes 10