1 Samuel 30:1-14 Dios Habla Hoy (DHH)

1. Al tercer día, David y sus hombres llegaron a Siclag, y se encontraron con que los amalecitas habían invadido el Négueb y atacado a Siclag, destruyéndola e incendiándola.

2. También se habían llevado prisioneras a las mujeres y a todos los niños y adultos que estaban allí, aunque no habían matado a nadie.

3. Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad y vieron que estaba quemada y que se habían llevado prisioneros a sus mujeres, hijos e hijas,

4. se pusieron a llorar a voz en cuello hasta quedarse sin fuerzas.

5. También habían hecho prisioneras a las dos mujeres de David: a Ahinóam, la de Jezreel, y a Abigail, la viuda de Nabal, el de Carmel.

6. David estaba muy preocupado porque la tropa quería apedrearlo, pues todos estaban muy disgustados por lo que había sucedido a sus hijos. Sin embargo, puso su confianza en el Señor su Dios,

7. y le dijo al sacerdote Abiatar, hijo de Ahimélec:—Por favor, tráeme el efod.En cuanto Abiatar llevó el efod a David,

8. éste consultó al Señor. Le preguntó:—¿Debo perseguir a esa banda de ladrones? ¿Podré alcanzarla?Y el Señor contestó:—Persíguela, pues la alcanzarás y rescatarás a los prisioneros.

9. Inmediatamente David se puso en camino con los seiscientos hombres que le acompañaban, y llegaron al arroyo de Besor. Allí se quedaron

10. doscientos hombres que estaban muy cansados para cruzar el arroyo, y con los otros cuatrocientos continuó David la persecución.

11. Más tarde encontraron en el llano a un egipcio, y lo llevaron ante David, aunque antes tuvieron que darle de comer y de beber:

12. le dieron una rebanada de torta de higo y dos tortas de uvas pasas. Después de comer, el egipcio se sintió más reanimado, pues hacía tres días y tres noches que no había comido ni bebido nada.

13. Entonces le preguntó David:—¿Quién es tu amo? ¿De dónde vienes?El egipcio le respondió:—Soy egipcio, criado de un amalecita, pero hace tres días mi amo me abandonó porque caí enfermo,

14. pues fuimos a saquear la parte sur del territorio de los quereteos, y de los de Judá y de Caleb. También le prendimos fuego a Siclag.

1 Samuel 30