6. Entonces el rey, dirigiéndose al profeta, dijo:—Te ruego que ores por mí al Señor tu Dios, para que mi mano se cure.El profeta rogó al Señor, y la mano del rey quedó sana, como antes.
7. Luego dijo el rey al profeta:—Ven conmigo a mi casa, para que comas algo, y te haré un regalo.
8. Pero el profeta respondió al rey:—Aunque me des la mitad de tu palacio, no iré contigo, ni comeré pan ni beberé agua en este lugar;
9. porque así me lo ha ordenado el Señor. Me dijo: “No comas pan, ni bebas agua, ni vuelvas por el mismo camino por el que has ido.”
10. Y el profeta se fue por otro camino distinto, para no volver por el mismo camino por el que había ido a Betel.
11. En aquel tiempo vivía en Betel un profeta anciano, cuyos hijos fueron y le contaron todo lo que el profeta de Judá había hecho aquel día en Betel; y también le contaron a su padre lo que había dicho el rey.
12. Y su padre les preguntó:—¿Por qué camino se fue?Sus hijos le indicaron el camino por el que había regresado el profeta de Judá.
13. Entonces les dijo a sus hijos:—Aparéjenme el asno.Ellos lo hicieron así, y el profeta montó y
14. salió tras el profeta de Judá. Lo encontró sentado debajo de una encina, y le preguntó:—¿Eres tú el profeta que ha venido de Judá?—Yo soy —le respondió.
15. —Ven a mi casa, a comer pan conmigo —dijo el profeta anciano.
16. Pero el profeta de Judá le contestó:—No puedo acompañarte, ni entrar en tu casa, ni comer pan ni beber agua contigo en este lugar;
17. porque el Señor me ha ordenado claramente: “No comas pan ni bebas agua aquí, ni regreses por el mismo camino por el que te fuiste.”
18. Pero el anciano insistió:—Yo también soy profeta, lo mismo que tú, y un ángel de parte del Señor me ha ordenado que te lleve a mi casa y te dé de comer y de beber.Y aunque el anciano le mentía,
19. el profeta de Judá se fue con él y comió y bebió en su casa.
20. Y estando ellos sentados a la mesa, el Señor habló al profeta anciano que había hecho volver al profeta de Judá,
21. y en voz alta dijo el anciano a éste:—El Señor ha dicho que por haber tú desobedecido las órdenes que te dio,
22. pues te volviste para comer y beber donde el Señor te ordenó que no lo hicieras, no reposará tu cuerpo en el sepulcro de tus antepasados.
23. Cuando el profeta de Judá acabó de comer y beber, el profeta anciano le aparejó el asno,
24. y el profeta de Judá se fue. Pero en el camino le salió al encuentro un león y lo mató, y su cuerpo quedó tirado en el camino. El asno y el león, sin embargo, se quedaron junto al cadáver.