Santiago 2:10-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

2-3. Supongamos que estáis reunidos, y que llega un rico con anillos de oro y ropa lujosa, y le atendéis bien y le decís: “Siéntate aquí, en el lugar de honor”; y que al mismo tiempo llega un pobre vestido de andrajos, y le decís: “Tú quédate allá, de pie; o siéntate ahí en el suelo”,

10. Porque si una persona obedece toda la ley, pero falla en un solo mandato, resulta culpable frente a todos los mandatos de la ley.

11. El mismo Dios que dijo: “No cometas adulterio”, dijo también: “No mates”. Así que, si uno no comete adulterio, pero mata, ya ha violado la ley.

12. Vosotros debéis hablar y portaros como quienes van a ser juzgados por la ley que nos trae libertad.

13. Pues los que no han tenido compasión de otros, sin compasión también serán juzgados; pero los que han tenido compasión, saldrán victoriosos en la hora del juicio.

14. Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe, si sus hechos no lo demuestran? ¿Podrá acaso salvarle esa fe?

15. Supongamos que a un hermano o a una hermana les falta la ropa y la comida necesarias para el día;

16. si uno de vosotros les dice: “Que os vaya bien; abrigaos y comed cuanto queráis”, pero no les da lo que su cuerpo necesita, ¿de qué les sirve?

17. Así pasa con la fe: por sí sola, es decir, si no se demuestra con hechos, es una cosa muerta.

18. Tal vez alguien dirá: “Tú tienes fe y yo tengo hechos. Muéstrame tu fe sin hechos y yo te mostraré mi fe por mis hechos.”

19. Tú crees que hay un solo Dios, y en eso haces bien; pero también los demonios lo creen y tiemblan de miedo.

20. No seas tonto; reconoce que si la fe no va acompañada de hechos, es una fe inútil.

21. Dios aceptó como justo a Abraham, nuestro antepasado, por lo que hizo cuando ofreció en sacrificio a su hijo Isaac.

22. Y ya ves que, en el caso de Abraham, su fe se demostró con hechos, y que por sus hechos llegó a ser perfecta su fe.

23. Así se cumplió la Escritura que dice: “Abraham creyó a Dios, y por eso Dios le aceptó como justo”. Y Abraham fue llamado amigo de Dios.

24. Ya veis, pues, que Dios declara justo al hombre también por sus hechos, y no solamente por su fe.

25. Lo mismo pasó con Rahab, la prostituta: Dios la aceptó como justa por sus hechos, porque dio alojamiento a los mensajeros y los ayudó a salir por otro camino.

Santiago 2