43. Ha puesto su confianza en Dios, ¡pues que Dios le salve ahora, si de veras le quiere! ¿No nos ha dicho que es Hijo de Dios?
44. Y hasta los bandidos que estaban crucificados con él, le insultaban.
45. Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde, toda aquella tierra quedó en oscuridad.
46. A eso de las tres, Jesús gritó con fuerza: “Elí, Elí, ¿lema sabaqtaní?” (es decir, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”)
47. Algunos de los que estaban allí, lo oyeron y dijeron:–Está llamando al profeta Elías.
48. Al momento, uno de ellos corrió en busca de una esponja, la empapó en vino agrio, la ató a una caña y se la acercó para que bebiera.
49. Pero los demás decían:–Déjale, a ver si viene Elías a salvarle.
50. Jesús dio otra vez un fuerte grito, y murió.