27. y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo.
28. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.
29. Cuando salían de Jericó, mucha gente seguía a Jesús.
30. Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oir que pasaba Jesús, se pusieron a gritar:–¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!