16. “De modo que los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos.”
17. Yendo camino de Jerusalén llamó Jesús aparte a sus doce discípulos y les dijo:
18. –Como veis, ahora vamos a Jerusalén. Allí el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley; lo condenarán a muerte
19. y lo entregarán a los extranjeros para que se burlen de él, le golpeen y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
20. La madre de los hijos de Zebedeo se acercó con ellos a Jesús, y se arrodilló para pedirle un favor.
21. Jesús le preguntó:–¿Qué quieres?Ella le dijo:–Manda que estos dos hijos míos se sienten en tu reino uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22. Jesús contestó:–No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa amarga que voy a beber yo?Le dijeron:–Podemos.
23. Jesús les respondió:–Vosotros beberéis esa copa de amargura, pero el sentaros a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo. Será para quienes mi Padre lo ha preparado.
24. Cuando los otros diez discípulos oyeron todo esto, se enojaron con los dos hermanos.
25. Pero Jesús los llamó y les dijo:–Sabéis que, entre los paganos, los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos y los grandes descargan sobre ellos el peso de su autoridad.
26. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que entre vosotros quiera ser grande, que sirva a los demás;
27. y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo.
28. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.
29. Cuando salían de Jericó, mucha gente seguía a Jesús.