6. El sacerdote levita les contestó:–Id tranquilos, que el Señor os protegerá por dondequiera que vayáis.
7. De allí, los cinco espías se fueron a Lais. La gente de esta ciudad vivía confiada, como acostumbraban los sidonios; vivían tranquilos y en paz, sin que nadie los molestara para nada y sin que nada les faltara. Estaban lejos de los sidonios y no tenían relaciones con nadie.
8. Entonces los cinco espías volvieron a Sorá y Estaol, donde estaban sus compañeros, que les preguntaron:–¿Cómo os fue?Ellos respondieron:
9. –Hemos recorrido esa región y encontramos que la tierra es magnífica. ¡En marcha! ¡Vamos a atacarlos! ¡No os quedéis ahí sentados, sin hacer nada! ¡Hay que ir a conquistar esa tierra!
10. Al llegar allá, os vais a encontrar con gente confiada y que tiene mucha tierra, a la que no le falta nada. Dios os dará posesión de ella.