9. Jonás les contestó:–Soy hebreo, y rindo culto al Señor, el Dios del cielo, creador del mar y de la tierra.
12. –Pues echadme al mar, y el mar se calmará –contestó Jonás–. Yo sé bien que soy el culpable de que esta tremenda tempestad se os haya venido encima.
13. Los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas para acercarse a tierra, pero no lo lograron, porque el mar se embravecía por momentos.
14. Entonces clamaron al Señor diciendo: “Señor, no nos dejes morir por culpa de este hombre. Y si es inocente, no nos hagas responsables de su muerte, porque tú, Señor, actúas según tu voluntad.”