1. La ley de Moisés era solamente una sombra de los bienes que habían de venir; no su verdadera realidad. Por eso la ley no puede hacer perfectos a quienes cada año se acercan a Dios para ofrecerle los mismos sacrificios.
2. Pues si la ley realmente pudiera purificarlos del pecado, ya no se sentirían culpables y dejarían de ofrecer sacrificios.
3. Pero estos sacrificios sirven más bien para hacerles recordar sus pecados cada año,