9. Así fue como Dios le quitó sus animales para dármelos a mí.
10. “Un día, cuando los animales estaban en celo, tuve un sueño en el que veía que los machos cabríos que cubrían a las hembras eran rayados, manchados y moteados.
11. En aquel sueño el ángel de Dios me llamó por mi nombre, y yo le contesté: ‘Aquí estoy.’
12. Entonces el ángel me dijo: ‘Fíjate bien, y vas a ver que todos los machos que cubren a las hembras son rayados, manchados y moteados, porque me he dado cuenta de todo lo que Labán te ha hecho.
13. Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, donde tú consagraste la piedra y me hiciste una promesa. ¡Vamos!, levántate y vete de aquí. Regresa a la tierra donde naciste.’ ”
14. Entonces Raquel y Lía le contestaron:–Nosotras ya no tenemos herencia alguna en la casa de nuestro padre.
15. Al contrario, nos trata como si fuéramos extrañas. ¡Hasta nos vendió, y se aprovechó de lo que le pagaste por casarte con nosotras!
16. En realidad, toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Así que haz todo lo que Dios te ha dicho.
19. Mientras Labán estaba en otra parte, trasquilando sus ovejas, Raquel le robó los ídolos familiares.
20. Así fue como Jacob engañó a Labán el arameo, no diciéndole que se iba.
21. Escapó con todo lo que tenía. Muy pronto cruzó el río Éufrates, y siguió adelante hacia los montes de Galaad.
22. Tres días después, Labán supo que Jacob se había escapado.