Génesis 31:13-33 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

13. Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, donde tú consagraste la piedra y me hiciste una promesa. ¡Vamos!, levántate y vete de aquí. Regresa a la tierra donde naciste.’ ”

14. Entonces Raquel y Lía le contestaron:–Nosotras ya no tenemos herencia alguna en la casa de nuestro padre.

15. Al contrario, nos trata como si fuéramos extrañas. ¡Hasta nos vendió, y se aprovechó de lo que le pagaste por casarte con nosotras!

16. En realidad, toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Así que haz todo lo que Dios te ha dicho.

17-18. Jacob se preparó para regresar a Canaán, donde vivía su padre Isaac. Hizo montar a sus hijos y a sus mujeres en los camellos, tomó todo lo que tenía y se puso en camino con todos los animales que había recibido por su trabajo en Padán-aram.

19. Mientras Labán estaba en otra parte, trasquilando sus ovejas, Raquel le robó los ídolos familiares.

20. Así fue como Jacob engañó a Labán el arameo, no diciéndole que se iba.

21. Escapó con todo lo que tenía. Muy pronto cruzó el río Éufrates, y siguió adelante hacia los montes de Galaad.

22. Tres días después, Labán supo que Jacob se había escapado.

23. Entonces, acompañado de sus parientes, salió a perseguirle, y siete días después le alcanzó en los montes de Galaad.

24. Pero aquella noche Dios se apareció a Labán el arameo en un sueño, y le dijo: “Escucha, no hables a Jacob con brusquedad.”

25. Labán alcanzó a Jacob en los montes de Galaad, donde Jacob había acampado. Allí mismo acampó Labán con sus parientes,

26. y reclamó a Jacob:–¿Qué has hecho? ¿Por qué me engañaste? ¡Has traído a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra!

27. ¿Por qué me engañaste y escapaste a escondidas, sin decirme nada? De haberlo sabido, yo te habría despedido con alegría y con música de tambores y de arpa.

28. Ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Has actuado como un necio!

29. Yo bien podría haceros daño a todos, pero anoche me habló el Dios de tu padre y me dijo: ‘Escucha, no hables a Jacob con brusquedad.’

30. Pero si tanto deseabas regresar a la casa de tu padre, y por eso te fuiste, ¿por qué me robaste mis dioses?

31. Entonces Jacob contestó a Labán:–Es que tuve miedo. Pensé que tal vez me ibas a quitar a tus hijas por la fuerza.

32. Pero si alguno de los que aquí se encuentran tiene tus dioses, ¡que muera! Nuestros parientes son testigos: dime si yo tengo algo tuyo, y llévatelo.Jacob no sabía que Raquel había robado los ídolos.

33. Labán entró en la tienda de campaña de Jacob, luego en la de Lía, y también en la de las dos esclavas, pero no encontró los ídolos. Cuando salió de la tienda de campaña de Lía y entró en la de Raquel,

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