2-3. Pero Abram le contestó:–Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si, como tú bien sabes, no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados.
18. Aquel mismo día el Señor hizo un pacto con Abram, diciéndole:–Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates.
19. Es decir, la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos,
20. los hititas, los ferezeos, los refaítas,
21. los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.