15. Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados.
16. Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.
17. Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos.
18. Aquel mismo día el Señor hizo un pacto con Abram, diciéndole:–Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates.
19. Es decir, la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos,