33. Los comerán porque fueron ofrecidos para obtener el perdón de sus pecados, cuando fueron consagrados y recibieron plena autoridad como sacerdotes. Pero ningún extraño comerá de estas cosas, porque son sagradas.
34. Y si para el día siguiente queda algo del pan y de la carne de la consagración, quema lo que haya quedado, y que nadie lo coma, porque es sagrado.
35. “Haz todo esto con Aarón y sus hijos, de acuerdo con todas mis instrucciones. Dedica siete días a investirlos de autoridad,
36. y ofrece cada día un becerro como sacrificio para obtener el perdón de los pecados; purifica el altar, ofreciendo sobre él un sacrificio por el pecado, y derrama aceite sobre él, para consagrarlo.
37. Durante siete días ofrecerás sobre el altar sacrificios por el pecado. Así lo consagrarás a Dios, y será un altar santísimo. Cualquier cosa que toque el altar, quedará consagrada.