22. Moisés levantó su brazo hacia el cielo, y hubo una oscuridad tan grande en todo Egipto
23. que, durante tres días, nadie podía ver a su vecino ni moverse de su lugar. En cambio, en todas las casas de los israelitas había luz.
24. Entonces el faraón mandó llamar a Moisés, y le dijo:–Id a adorar al Señor, y llevaos también a vuestros hijos; pero dejad aquí vuestras ovejas y vuestras vacas.
25. Pero Moisés contestó:–Al contrario, tú mismo nos vas a dar los animales que vamos a sacrificar y quemar en honor del Señor nuestro Dios.