Esdras 8:22-36 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

22. Pues me dio vergüenza pedirle al rey soldados de caballería para que nos protegieran del enemigo en el camino, ya que habíamos dicho al rey que Dios protege a todos los que le buscan, pero que descarga su fuerza y su ira sobre todos los que le abandonan.

23. De modo que ayunamos y rogamos a Dios por todo esto, y él nos escuchó.

24. Luego aparté a doce dirigentes de los sacerdotes: a Serebías, Hasabías y diez compañeros suyos,

25. y les pesé y entregué la plata, el oro y los utensilios que el rey y sus consejeros y oficiales y todos los israelitas allí presentes habían ofrecido como donativo para el templo de nuestro Dios.

26. Les pesé y les entregué veintiún mil cuatrocientos cincuenta kilos de plata, cien utensilios de plata y tres mil trescientos kilos de oro;

27. además, veinte tazas de oro con un peso total de ocho kilos, y dos utensilios de bronce bruñido de primera calidad, tan valiosos como si fueran de oro.

28. Luego les dije: “Vosotros estáis consagrados al Señor, lo mismo que los utensilios. La plata y el oro son para el Señor, Dios de nuestros padres.

29. Tened cuidado y guardadlos hasta que los peséis en presencia de los jefes de los sacerdotes, y de los levitas y jefes de familia de Israel, en las cámaras del templo del Señor, en Jerusalén.”

30. Entonces los sacerdotes y los levitas recibieron la plata, el oro y los utensilios que habían sido pesados, y los llevaron a Jerusalén, al templo de nuestro Dios.

31. El día doce del mes primero nos marchamos del río Ahavá para dirigirnos a Jerusalén. Nuestro Dios nos ayudó, librándonos de enemigos y de bandidos en el camino.

32. Cuando llegamos a Jerusalén, descansamos tres días.

33. Al cuarto día se pesó la plata, el oro y los utensilios en el templo de nuestro Dios, y se entregó todo al sacerdote Meremot, hijo de Urías. Con él estaban Eleazar, hijo de Finees, y los levitas Jozabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binuy.

34. Aquel mismo día se pesó y contó todo, y se tomó nota de la carga.

35. Después, los desterrados que volvieron del exilio entregaron, para los holocaustos al Dios de Israel y en nombre de todos los israelitas, doce becerros, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce chivos para la ofrenda por el pecado. Todos fueron quemados en honor del Señor.

36. Luego entregaron la orden del rey a las autoridades del reino y a los gobernadores de la provincia al oeste del río Éufrates, los cuales apoyaron al pueblo y al templo de Dios.

Esdras 8