18. Después de todo esto, el Señor le castigó con una enfermedad incurable del estómago.
19. Pasó el tiempo y, al cabo de unos dos años, los intestinos se le salieron a causa de la enfermedad, y murió entre horribles dolores. Su pueblo ni siquiera encendió una hoguera en memoria suya, como se había hecho con sus antepasados.
20. Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén ocho años. Se fue sin que nadie lo lamentara. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en el panteón real.