4. y que cada uno sepa portarse con su propia esposa de una manera santa y respetuosa,
5. no con pasión y malos deseos como las gentes que no conocen a Dios.
6. Que nadie abuse ni engañe en este asunto a su hermano, porque el Señor castiga duramente todas esas cosas, como ya os hemos advertido.
7. Dios no nos ha llamado a vivir en impureza, sino en santidad.
8. Así pues, el que desprecia estas enseñanzas no desprecia a ningún hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.