10. Antes, ni siquiera erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; antes Dios no os tenía compasión, pero ahora tiene compasión de vosotros.
11. Queridos hermanos, os ruego, como a extranjeros de paso por este mundo, que no deis lugar a los deseos humanos que luchan contra el alma.
12. Conducíos bien entre los que no conocen a Dios. Así ellos, aunque ahora hablen contra vosotros como si fuerais malhechores, verán el bien que hacéis y alabarán a Dios el día en que él pida cuentas a todos.