19. Ese será el castigo de Egipto y de todas las naciones que no vayan a celebrar la fiesta de las Enramadas.
20. Aquel día, hasta los cascabeles de los caballos llevarán la inscripción “Consagrado al Señor”. Y los calderos del templo serán entonces tan sagrados como los tazones que están delante del altar.
21. Todos los calderos, en Jerusalén y en Judá, estarán consagrados al Señor todopoderoso. Quienes vayan a hacer un sacrificio los usarán para cocer en ellos la carne de los animales ofrecidos. Aquel día ya no habrá más comerciantes en el templo del Señor todopoderoso.