37. Tropezarán unos contra otros como si huyeran de la guerra, aunque nadie los persiga. ¡Ninguno de vosotros podrá hacer frente a vuestros enemigos!
38. Seréis destruidos entre las naciones, y el país de vuestros enemigos acabará con vosotros.
39. Los que queden con vida en terreno enemigo, morirán por culpa de su maldad, ¡morirán junto con sus padres, por la maldad de ellos!
40. “Aunque reconozcáis vuestra maldad y la maldad de vuestros padres, lo mismo que vuestra infidelidad y oposición a mí,