1. Los israelitas habían jurado en Mispá que no dejarían que sus hijas se casaran con ningún benjaminita.
10-11. Entonces el pueblo entero envió a doce mil de los mejores soldados con órdenes de matar a filo de espada a todos los de Jabés, incluyendo a los niños y a las mujeres que no fueran vírgenes.