Jueces 16:16-26 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

16. Como era tanta la insistencia de Dalila, haciéndole a todas horas la misma pregunta, Sansón estaba tan fastidiado que tenía ganas de morirse;

17. así que finalmente le descubrió a Dalila su secreto:–Nadie me ha cortado jamás el cabello, porque desde antes de nacer estoy consagrado a Dios como nazareo. Si me llegaran a cortar el cabello, perdería mi fuerza y sería tan débil como un hombre común y corriente.

18. Dalila, comprendiendo que esta vez sí le había descubierto su secreto, mandó a decir a los jefes filisteos:–¡Ahora sí, venid, que Sansón me ha descubierto su secreto!Entonces ellos fueron a verla con el dinero en la mano.

19. Dalila hizo que Sansón se durmiera con la cabeza recostada sobre sus piernas, y llamó a un hombre para que le cortara las siete trenzas de su cabellera. Luego ella comenzó a maltratarlo,

20. y le gritó:–¡Sansón, te atacan los filisteos!Sansón se despertó creyendo que se libraría como las otras veces, pero no sabía que el Señor le había abandonado.

21. Entonces los filisteos le echaron mano y le sacaron los ojos, y se lo llevaron a Gaza, en donde le sujetaron con cadenas de bronce y le pusieron a trabajar en el molino de la cárcel.

22. Pero el cabello ya había empezado a crecerle de nuevo.

23. Los jefes de los filisteos se reunieron para celebrar su triunfo y ofrecer sacrificios a su dios Dagón. Y cantaban:“Nuestro dios ha puesto en nuestras manosa Sansón, nuestro enemigo.”

24. Y cuando la gente le vio, también cantó y alabó a su dios, diciendo:“Nuestro dios ha puesto en nuestras manosa Sansón, nuestro enemigo,que destruía nuestros camposy mataba a muchos de los nuestros.”

25. Tan contentos estaban, que pidieron que les llevaran a Sansón para divertirse con él. Lo sacaron, pues, de la cárcel y se divirtieron a costa suya, y lo pusieron de pie entre dos columnas.

26. Entonces Sansón dijo al muchacho que le llevaba de la mano:–Ponme donde pueda tocar las columnas que sostienen el templo. Quiero apoyarme en ellas.

Jueces 16