Hechos 26:3-14 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

3. más aún porque tú conoces todas las costumbres de los judíos y las cosas que discutimos. Por eso te pido que me escuches con paciencia.

4. “Todos los judíos saben cómo viví entre ellos, en mi tierra y en Jerusalén, desde mi juventud.

5. También saben, y lo pueden declarar si quieren, que siempre he sido fariseo, que es la secta más estricta de nuestra religión.

6. Pues bien, ahora me han traído a juicio precisamente por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.

7. Nuestras doce tribus de Israel esperan ver el cumplimiento de esa promesa, y por eso adoran a Dios y le sirven día y noche. Por esta misma esperanza, rey Agripa, los judíos me acusan ahora.

8. ¿Por qué no creéis que Dios resucita a los muertos?

9. “Yo mismo pensaba antes que debía hacer muchas cosas en contra del nombre de Jesús de Nazaret,

10. y así lo hice en Jerusalén. Con la autorización de los jefes de los sacerdotes, metí en la cárcel a muchos de los creyentes; y cuando los mataban, yo estaba de acuerdo.

11. Muchas veces los castigaba para obligarlos a negar su fe. Y esto lo hacía en todas las sinagogas, y estaba tan furioso contra ellos que los perseguía hasta en ciudades extranjeras.

12. “Con ese propósito me dirigía a la ciudad de Damasco, autorizado y comisionado por los jefes de los sacerdotes.

13. Pero en el camino, oh rey, vi a mediodía una luz del cielo, más fuerte que la luz del sol, que nos envolvió a mí y a los que iban conmigo.

14. Todos caímos al suelo, y oí una voz que me decía en hebreo: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Te estás haciendo daño a ti mismo, igual que si dieras coces contra el aguijón.’

Hechos 26