10. En el momento en que Aarón estaba hablando con los israelitas, todos ellos miraron hacia el desierto, y la gloria del Señor se apareció en una nube.
11. Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
12. –He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: ‘Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios.’
13. Aquella misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento.
14. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto.
15. Los israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros: “¿Y esto qué es?” Moisés les dijo:–Este es el pan que el Señor os da como alimento.
16. Y esta es la orden que ha dado el Señor: ‘Recoja cada uno de vosotros lo que necesite para comer y, según el número de personas que haya en su casa, tome más o menos dos litros por persona.’
17. Los israelitas lo hicieron así. Unos recogieron más y otros menos,
18. según la medida señalada; y ni sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco. Cada uno había recogido la cantidad que necesitaba para comer.
19. Luego Moisés les dijo:–Nadie debe dejar nada para mañana.
20. Sin embargo, algunos no hicieron caso a Moisés y dejaron algo para el otro día; pero lo que guardaron se llenó de gusanos, y apestaba. Entonces Moisés se enojó con ellos.
21. Cada uno recogía por la mañana lo que necesitaba para comer, pues el calor del sol lo derretía.