4. aquella mujer de Tecoa fue ante el rey, e inclinándose hasta tocar el suelo con la frente en señal de reverencia, le dijo:–¡Dígnese Su Majestad ayudarme!
5. –¿Qué te pasa? –le preguntó el rey.Ella respondió:–Yo soy viuda, mi marido ha muerto,
6. y dos hijos que tenía esta servidora de Su Majestad tuvieron una pelea en el campo; y como no hubo quien los separara, uno de ellos hirió al otro y lo mató.