2 Samuel 12:10-22 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

10. Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia.

11. Yo, el Señor, lo declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y las entregaré a uno de tu familia, que se acostará con ellas a plena luz del sol.

12. Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.’

13. David admitió ante Natán:–He pecado contra el Señor.Natán le respondió:–El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás;

14. pero como has ofendido gravemente al Señor, tu hijo recién nacido tendrá que morir.

15. Y cuando Natán volvió a su casa, el Señor hizo que el niño que David había tenido con la mujer de Urías enfermara gravemente.

16. Entonces David rogó a Dios por el niño, y ayunó y se pasó las noches acostado en el suelo.

17. Los ancianos que vivían en su palacio acudían a rogarle que se levantara del suelo, pero él se negaba a hacerlo, y tampoco comía con ellos.

18. Siete días después murió el niño, y los oficiales de David tenían miedo de decírselo, pues pensaban: “Si cuando el niño aún vivía le hablábamos y no nos hacía caso, ¿cómo vamos ahora a decirle que el niño ha muerto? ¡Puede cometer un disparate!”

19. Pero al ver David que sus oficiales hacían comentarios entre ellos, comprendió que el niño había muerto; así que les preguntó:–¿Ha muerto el niño?–Sí, ya ha muerto –le respondieron.

20. Entonces David se levantó del suelo, se bañó, se perfumó y se cambió de ropa, y entró en el templo para adorar al Señor. Después fue a su casa y pidió de comer, y comió.

21. Sus oficiales le preguntaron:–¿Pero qué está haciendo Su Majestad? Mientras el niño aún vivía, Su Majestad ayunaba y lloraba por él; y ahora que el niño ha muerto, ¡Su Majestad se levanta y se pone a comer!

22. David respondió:–Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba pensando que quizá el Señor tendría compasión de mí y le dejaría vivir.

2 Samuel 12