33. Pero dejaré a alguno de tus parientes cerca de mi altar, para que se consuman de envidia sus ojos y de dolor su alma; y todos tus otros descendientes serán asesinados.
34. Te servirá de muestra lo que ocurrirá a tus dos hijos, Hofní y Finees: los dos morirán el mismo día.
35. Luego pondré un sacerdote digno de confianza y que actúe de acuerdo con mi voluntad y criterio, al cual le daré una descendencia continua y le haré estar siempre al servicio del rey que yo haya escogido.
36. Entonces todo el que haya quedado vivo en tu familia vendrá a inclinarse ante él a cambio de una moneda de plata o un trozo de pan, rogándole que le dé algún trabajo entre los sacerdotes para poder ganarse el sustento.’ ”