23. Mas él no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros.
24. Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la Casa de Israel.
25. Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor socórreme.
26. Y respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
27. Y ella dijo: Sí, Señor; mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.